LA CERA (Volver a Menú "Aproximación y Simbolismo")

La cera que arde es símbolo de fe, y por eso la mayoría de los nazarenos ostentan el cirio que marca y alumbra el camino del Cristo que sufre y de la Virgen que llora. Un cirio encendido es todo un emblema de la vida humana y de la fugacidad inamovible de la vida. Pero para la cofradía la cera es, además de un símbolo y una ofrenda, un componente artístico.

La cera es instalada en las candelerías por los propios cofrades, que tratan de hacerlo con el mayor cuidado y exactitud posibles, porque la adecuada distribución de los puntos de luz alrededor de las imágenes, especialmente de los de Virgen que van bajo palio, es uno de los efectos estéticos más importantes y más difíciles de conseguir.

Un exorno originalísimo, que no todas las cofradías llevan, combina de forma magistral lo floral y lo cerúleo: hablamos de las flores de cera o velas rizás, son cirios de candelería que llevan ciertos pasos de palio, que van enriquecidos por guirnaldas de flores artificiales hechas con cera, y que van moviéndose al compás del rítmico avance del paso.