DATOS HISTÓRICOS Los orígenes de esta Cofradía hay que buscarlos en la Hermandad del Santo Cristo de las Animas, que desde los inicios de nuestra centuria tenía su sede en la todavía existente ermita del Santo Cristo, en la orilla izquierda del Guadalquivir. Dicha ermita fue fundada en 1760 por el clérigo Salvador Salido para dar culto a la pequeña imagen del Cristo de las Animas. Desconocemos la fecha de fundación de la Hermandad, aunque por datos del archivo se sabe que desapareció en 1890. En 1903 un grupo de jóvenes formó en dicho recinto una agrupación en torno al patriarca San José que pronto, a instancias de don Evaristo Espino, erigirían como titular al Santo Cristo de las Animas. Sus años de esplendor fue entre 1908 y 1915, en que organizaban las populares ferias de la Santa Cruz, los solemnes cultos del mes de las ánimas, y decidieron incorporar a la procesión oficial del Santo Entierro, en el Viernes Santo, el paso de misterio del Descendimiento de la Cruz. Dicho misterio estaba formado por las antiguas imágenes del Cristo de la Caridad y la Virgen del Rayo, que aún se veneran en la parroquia de San José y Espíritu Santo, además las acompañaban San Juan Evangelista, los Santos Varones y las Tres Marías, de escaso valor artístico. Desde entonces tomó el nombre de Hermandad de Nazarenos del Santo Cristo de las Animas, Sagrado Descendimiento de Cristo Nuestro Señor y María Santísima del Rayo. Pero un incendio en 1915 originaría la desaparición de la Hermandad. En 1937 los hermanos fundadores del descendimiento en principio tuvieron idea de reorganizar la Hermandad anterior, pronto se dieron cuenta de que había que partir de cero, pues no existían estatutos que renovar ni apenas enseres. De ahí que el nuevo nombre de la Hermandad no incorpora al principal titular anterior: el Cristo de las Animas. El día ocho de junio de 1937 fueron aprobadas las primeras reglas por el obispo Pérez Muñoz. Tras muchos años de andaduras, cambios de juntas de gobiernos e incluso de imágenes del paso de misterio, destaca entre sus diversos logros, en 1986, la inclusión de hermanas, el incremento de nazarenos en su estación de penitencia y el estreno de nuevos atributos, la elaboración de unos nuevos estatutos y, sobre todo, destaca el haber incorporado en la procesión el paso de palio de Nuestra Señora del Buen Fin, como acto supremo de los muchos organizados en 1987, con motivo de la celebración del cincuentenario de la fundación de la Hermandad. Volver |