DATOS HISTÓRICOS

Del archivo del Obispado y del propio archivo de la Hermandad puede extraerse fiel testimonio del primer documento por el cual nace a la vida de la Semana Santa la Hermandad del Amor. Lleva la firma de don Pelayo González, párroco de Jesús Divino Obrero, y está fechado el 6 de julio de 1955; en él se pide la erección canónica y la aprobación de sus estatutos, que le son concedidas el 28 de octubre del mismo año por el obispo de Córdoba, a la sazón el muy querido Fray Albino. Hasta 1975 estarán vigentes los primitivos estatutos, a los que se añadirá, con fecha de 21 de marzo de 1982, un anexo que incorpora a su articulado la cotitularidad, en el seno de la Cofradía, de la imagen de María Santísima de la Encarnación.

La imagen titular de esta Cofradía desfilaba desde el siglo XV y con más precisión en el siglo XVI por las calles del barrio de la Magadalena, llevada por los frailes franciscanos del convento de San Francisco, los cuales acompañaban a este Crucificado que daba nombre a la Cofradía, establecida en la recoleta ermita de San José, enclavada en la hermosa plaza de la Magdalena.

De los documentos aún conservados de esta primitiva Cofradía, e desprende que pertenecían a ellas los más destacados miembros de la aristocracia cordobesa, máxime cuando existe constancia del patronato que los señores de Belmonte y los Fernández de Córdoba tenían sobre dicha ermita, destinada a iglesia y hospital y fundada en 1385 por doña Mayor Martínez, de la noble casa de los de Córdoba.

Allí permaneció la imagen hasta que, contruída la nueva parroquia de Jesús Divino Obrero, y a instancias del obispo Fray Albino, es trasladada a dicho templo.

El día 25 de marzo de 1981 fue bendecida, con motivo de su festividad, la imagen de la Virgen de la Encarnación, oficiando la ceremonia el primer consiliario de la Hermandad, el referido don Pelayo González, y fray Ricardo de Córdoba, prioste de la Cofradía.

Pocos años después la imagen de Nuestro Padre Jesús del Silencio en el Desprecio de Herodes se incorporó como cotitular a la hermandad del Amor a propuesta de un grupo de cofrades gaditanos al que la jerarquía eclesiástica de su diócesis impidió contituir una hermandad con esta imagen como titular y decidieron unir su proyecto a la hermandad cordobesa del Amor.

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